
Letal ha elegido brillar con todo el poder de su verdad. Artista del maquillaje, performer imponente, crítica certera y referente del drag mexicano, su nombre no es casualidad: Letal irrumpe, transforma y deja marca.
Desde el escenario de La Más Draga, donde ha sido jueza desde la primera temporada, hasta las redes sociales donde inspira a nuevas generaciones, Letal es una figura que desafía moldes de género, estética y discurso con cada palabra y cada mirada. Su arte no solo se lleva en el rostro, se encarna: en sus referencias al cine, en el simbolismo de sus trajes, en el gesto sutil que puede derrumbar una estructura entera.
Letal no busca encajar en una narrativa segura, sino escribir la suya con fuego.
En esta conversación para Cherry, nos abre las puertas a su mundo interior: el origen de su personaje, los retos de ser una figura visible dentro de la comunidad LGBT+ en México, el valor de no maquillarse las emociones y la importancia de incomodar cuando lo que está en juego es la libertad.


Letal no necesita levantar la voz para ser escuchada. Cada palabra suya resuena como manifiesto, cada aparición es un statement visual y político. Porque en su universo, el drag no es solo espectáculo: es resistencia, es memoria, es arte vivo. Y en un mundo que insiste en encasillar, Letal sigue recordándonos que lo verdaderamente peligroso… es ser uno mismo con total libertad.
“El drag para mí es arte en libertad”, dice con la convicción de quien ha construido su universo desde la imaginación hacia la escena.
Letal ha hecho del arte una forma de vivir, y del drag, una herramienta para romper moldes. “Me ha permitido evolucionar como artista, creando primero en mí todo aquello que estaba en mi imaginación y que no cabía en otros espacios”. Hoy, ese impulso creativo ha ido más allá del personaje: se ha convertido en una empresa de diseño de espectáculos donde sus visiones se transforman en experiencias inmersivas.

Un linaje drag que honra
La Más Draga no solo fue una plataforma: fue una revolución estética y cultural, y Letal estuvo al centro de ella. Desde su mirada crítica y afilada, fue testigo del florecimiento de una comunidad que había sido invisibilizada por años.
“Siempre he tratado de enaltecer la lucha de todas las personas que fueron camino para que hoy yo fuera Letal”.
Desde los transformistas que imitaban íconos como Rocío Dúrcal o Amanda Miguel, hasta las expresiones drag conceptuales como las Hermanas Vampiro, Letal reconoce el linaje que la antecede y la responsabilidad de abrir paso a quienes vienen detrás.
Belleza que incomoda
Letal no pide permiso. Mezcla lo monstruoso con lo glamuroso. Con cada diseño, maquillaje o mirada, nos recuerda que lo bello también puede ser incómodo. Y que incomodar, cuando se hace con arte, puede ser un acto de sanación colectiva.
“Estoy en un punto en el cual más que querer hacer, es en el ver todo este camino recorrido y sentirme orgulloso de lo logrado”.
Ha encarnado criaturas míticas, personajes de fantasía y artistas de culto. Y hoy, en un lugar de madurez artística, mira con amor a su propia historia. Si pudiera hablarle al Bernardo de hace diez años, lo abrazaría con firmeza:
“La mejor decisión que tomaste fue arriesgarte a creer en ti”.
El camino ha estado lleno de luces y sombras, pero también de orgullo. Y en medio de todo, su madre siempre fue su faro: “Ella es quien dio todo para que yo lograra convertirme en el ser humano que soy hoy en día”.
Una mirada que construye
En un gesto profundamente emotivo, Letal dedica unas palabras a su amigo y fotógrafo Pablo Solano, cómplice visual de su metamorfosis:
“Gracias por ayudarme a construir la persona que soy hoy, a través de cada fotografía que tu ojo captaba… esas fotos harán que las personas recuerden lo que dos personas crearon juntos.”
Una amistad que, como su arte, trasciende la imagen. Porque al final, como ella misma dice, “la vida nos enseñó a ser fuertes, y así los dos nos volvimos letales”.


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